Una antigua fábula persa relata que el descubrimiento del vino se le acredita a una dama de la corte. Esta princesa, perdió la empatía del rey e intentó envenenarse al comer unas uvas que yacían en un frasco sobre la mesa "echadas a perder". Ella entró en estado de embriaguez, mareándose y finalmente cayó dormida. Al despertar, se encontró que las tensiones que habían hecho su vida intolerable se habían dispersado. Al percatarse de la fuente de su alivio, su conducta cambió de manera notable, logrando recuperar el favor del rey. Él compartió el descubrimiento de aquella princesa y decretó un aumento en la producción de uvas "en mal estado" ...
Jim LaMar, Wine History